Nada más salir de la oficina no dudé ni un instante en llamar a mi madre para comunicarle la noticia, después de ella decidí comunicarselo a toda mi familia y amigos.
Mi felicidad era inmensa, así que esa noche quedé para ir a celebrarlo.
Sólo pensaba, que por fín tendría un trabajo y un sueldo propio. No debería desaprovechar los días que me quedaban, y opté por irme de compras al día siguiente.
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